Mientras PRD y PRM se juegan la faja para crecerse y competir afianzado contra el PLD, este último tiene que ponderar el liderazgo del partido frente a los intereses particulares
Durante las elecciones presidenciales del 2012 fueron dos las grandes fuerzas políticas de la contienda: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), resultando vencedor el primero.
Desde este año en adelante, el PRD ha enfrentado una reestructuración a lo interno, matizada por luchas que propiciaron un rompimiento violento, forjador de los cimientos del hoy Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Ahora contamos con un PRD, encabezado por Miguel Vargas Maldonado, que busca afianzar y mantener la fuerza característica del partido que representa, en medio de una coyuntura en la que lucha por su liderazgo en las bases perredeísta, siendo su principal opositor en este aspecto el PRM.
Mientras PRD y PRM se juegan la faja para crecerse y competir afianzado contra el PLD, este último tiene que ponderar el liderazgo del partido frente a los intereses particulares de sus líderes con mayor arraigo: el actual presidente de la República, Danilo Medina, y el presidente del Partido, Leonel Fernández.
Cabe destacar que tanto el PLD como el PRM son hijos de las luchas de liderazgo iniciadas en el PRD, segmentaciones dadas a partir de la competencia interna de sus líderes, siendo recurrente una y otra vez la misma historia en cada nueva casa formada tras las rupturas internas.
¿Qué nos deparará el escenario político?
En este 2015, y rumbo hacia unas elecciones generales del 2016, son muchos los cambios que se auguran, siendo los “cherrys” del pastel el PRM, con unas recién finalizadas elecciones internas en las que sus líderes se mostraron apoyo mutuo; y la decisión esperada del PLD en términos de definir su candidato con miras al certamen.
¿Representará el PLD un papel parecido al del PRD, con enfrentamientos violentos que terminaron seccionando su estructura interna? ¿Las fuerzas internas peledeístas medirán el coste que a lo externo representa su división? ¿Medina y Fernández se sentarán en la mesa del diálogo y encontrará un punto intermedio?
Estas son sólo algunas de las preguntas que surgen ante la actual realidad de un PLD, que luego de crecer como partido, siendo su más valiosa fortaleza el comedimiento y la disciplina, frente a los desenfrenos de su mayor opositor (el PRD), se debate entre su liderazgo interno y las consecuencias hacia lo externo.
En tanto, el PRM, al parecer evaluando las consecuencias de las tendencias divisorias, se repunta como una nueva opción en la arena política, y la pregunta en este punto es: ¿Volverá República Dominicana a contar con tres partidos de mayorías?
Esto debido a que contamos con un Partido Reformista (PRSC) que parece rezagado, porcentualmente hablando en términos de resultados electorales pasados, pero entra en juego un PRM, que con la muestra de apoyo entre sus líderes podría dar “mucho caldo a este asopao”.
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