La violencia en la escuela y la escuela de la violencia

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En un escenario nacional donde la vida no vale nada, estamos asistiendo a la escuela de la violencia: al reinado de la corrupción y la impunidad

 

Por Miguel Ángel Fernández – ADP de Mao

No puedo ver video como ese. Es un evento desagradable: lacera el alma, arruina el espíritu. No quiero ver la “profesora” esa, ni conocerla. Es cualquier cosa, menos maestra. Por suerte es una excepción. Puedo decir que la mayoría de los-as docentes dominicanos son sensibles y solidarios, a pesar de la pésima formación humanista de las más de 20 universidades que hay con la carrera de Pedagogía, y de donde hemos egresado todos-as.

Puedo decir que los-as docentes dominicanos son sensibles y solidarios, a pesar de nacer, crecer y formarse en una sociedad asolada por la exclusión y la violencia de todo género.

Puedo decir que la mayoría de los-as docentes dominicanos son sensibles y solidarios, a pesar de trabajar en un Ministerio tomado por la verticalidad y el autoritarismo. Con un Ministro extraño a la Carrera Docente; con directores regionales y distritales –salvo excepciones-, encopetados, engreídos y dictadores; con un staff de “técnicos docentes” regionales y distritales –salvo excepciones, también-, que sólo les falta llegar a las escuelas y liceos con la correa en las manos y darle una pela a la maestra.

La violencia oficial no tiene madre en la escuela dominicana. Hay una “escuela de directores” que forma “gerentes”. Les vacía el poquito de humanidad que tenían y se lo llenan de “eficiencia” gerencial, al estilo zona franca.

En mis recorridos y contactos con varias regiones del país he podido censar el sufrimiento de miles de docentes sometidos a los malos tratos de directores de escuelas y liceos, que envenenados por catecismo de la “escuela de directores” y la soberbia oficialista se la pasan dando “pelelengua” y casi patean a los docentes.

A pesar del demagogo slogan de “hagamos un trato por el buen trato”, el maltrato se está haciendo norma en educación y el buen trato una excepción.

¿De qué se asombra la gente hoy? ¿De la violencia en la escuela?

¿Eso es raro? Sí y no.

Es raro porque se supone que la escuela es un lugar de paz, de democracia, de tolerancia, de respeto, de crecimiento, de amor, de construcción, de humanidad…!!!

Y no es raro también porque la escuela no está en la Luna, sino aquí en la Tierra, en esta sociedad que más violada y abusada no puede estar.

Un estudio reciente da cuenta que el 25% de los hogares dominicanos ha sido atacado por la delincuencia, ocho puntos por encima de la media de América Central que tiene un 17% atacado!!

Cerca de 5 millones de dominicanos-as sufren el suplicio de la pobreza, que es suficiente violencia.

Nuestros jóvenes no tienen empleo. Aquí los trabajadores tienen salarios miseriosos y los que no trabajan tienen ingresos de Príncipes.

No hay un corrupto preso, ni un centavo recuperado de la fortuna pública robada. Todos los conflictos se dirimen a la fuerza. El poder y la impunidad van de la mano y le ganan a todo el mundo.

Nuestras niñas son desfloradas, empreñadas (excluidas de escuelas y colegios), arrojadas con todo y criatura a la miseria más ruin.

No hay salud para los pobres; la policía mata y apresa pobres, las cárceles están llenas de pobres.

Muchos niños y niñas de nuestras escuelas públicas -y colegios-, tienen sus padres presos o muertos. Unos son “empleados” de la violencia pagada; otros drogados, drogándose o por drogarse.

Niños-as con sus padres y madres empleados en los bandereos de los políticos para poder llevar un plátano a su casa.

El mercado físico y propagandístico es un escenario de violencia, el individualismo a millón!

La única “música” que consumen los niños y jóvenes, con la que son fumigados las 24 horas del día a través de la Radio y la TV-Basura, es toda violencia.

El Congreso y la Justicia no pueden ser más groseros, corruptos y violentos.

Los políticos se caen a balazos por un puesto en la boleta electoral.

Un delincuente beneficiario de la impunidad le quita la vida a un académico como el exrector Mateo Aquino Febrillet.

En un escenario nacional donde la vida no vale nada, estamos asistiendo a la escuela de la violencia: al reinado de la corrupción y la impunidad.

La escuela de paz se sitúa en una sociedad de paz y equidad. Es un desafío pero hay que ir por ella, antes que llegue la muerte.

Abrir las puertas a la VIDA.

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